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Yo...

Publicado: 2011-04-02

Epilepsia...

No es algo que en la sociedad de hoy en día se escuche muy seguido; y menos en los tiempos antiguos. Mi nombre nunca ha sido del agrado del resto, cada vez que alguien lo escucha se asusta.

Hace muchísimo tiempo, cuando yo aún no había sido nombrada, existían personas que vivían conmigo y no lo sabían. Sin embargo, existió otro grupo al que acompañé en aquellos tiempos; la sociedad los juntó a todos en un nuevo grupo social: "los posesos".

El nombre se dio debido a las fuertes convulsiones que tenían, las personas pensaban que el Diablo era el responsable. No me malinterpreten, yo no digo que no existan esas cosas; a lo que quiero llegar es que por el hecho de tener convulsiones, no necesariamente tiene que haber un ser maligno detrás de ello. Pero luego tocaremos ése tema de nuevo, por ahora continuaré con mi historia...

Estas creencias continuaron hasta que los griegos, para variar, me empezaron a estudiar. Y ellos llegaron a una conclusión un poco mejorada; en vez de pensar que las personas que vivían conmigo hablaban con Satán, afirmaron que ése grupo de seres humanos se podía comunicar con los dioses. Motivo por el cual decidieron llamarme: “La enfermedad sagrada”. El problema fue que no todo el pueblo griego creía esto.

En ésa época Hipócrates, “Padre de la Medicina”, decidió estudiarme con mayor profundidad; por lo cual escribió el siguiente libro: “Sobre la enfermedad sagrada”. Esto sucedió  más o menos por el 400 a.C., lo sé soy bastante vieja. Volviendo al libro, Hipócrates afirmó que yo no era causada por los dioses, sino por un problema en el cerebro. Y recomendó que las personas tenían que ser tratadas con algunas drogas y una mejora en sus dietas.

Pasaron muchos años y llegamos a la Edad Media. Época en la cual las ideas de los griegos fueron ignoradas. Eso quiere decir que la sociedad retrocedió y volvió a pensar que yo era causada por demonios y que era el mejor método para identificar a las brujas. No creo que estén enterados de esto pero, más de 200.000 mujeres fueron torturadas y asesinadas;  y mi nombre cambió de nuevo. Para los de le Edad Media yo me llamaba: “La enfermedad de la caída”.

Podría seguir contándoles las atrocidades que el ser humano cometió contra sus iguales, pero me saltearé unos añitos para contarles sobre  Elizabeth Jackson y su esposo John Hughlings Jackson. Yo acompañé a Elizabeth debido a la poca oxigenación que su cerebro recibía; esto fue a mediados de 1800.

Ella no “sufría” de los ataques epilépticos comunes, Elizabeth se desconectaba unos minutos del mundo. Hay que aclarar que ella no se desmayaba, su estado era como estar durmiendo despierta. En pocas palabras, ella tenía lo que ahora se llama “ausencia”. Para su suerte, su esposo  John Hughlings Jackson era médico. Él dedicó 44 años de su vida a trabajar en el Hospital Nacional para la Cura y Mejora de los Paralíticos y Epilépticos (National Hospital for the Rclicf and Cure of the Paralyzed and Epileptic) de Londres, Inglaterra.

Al mismo tiempo dos médicos en Alemania,  Gustav Fritsch y Edwar Hitzig,  estaban estudiándome. Estos doctores descubrieron que las señales que emite el cerebro son eléctricas. Con el aporte de ellos, Jackson se acercó bastante a mi origen. No seguiré porque tendría que empezar con muchos términos médicos con los cuales me mareo un poco; y ustedes, además encontrarán aburridos.

Ahora que más o menos les he contado mi historia, sabrán que a lo largo de los años millones de personas han sufrido demasiado. Me imagino que varios habrán pensado que les iba a decir que yo soy la culpable; pues se equivocaron. Los culpables de ése sufrimiento y la gran frustración que aquel grupo de personas siente, son ustedes. Pese a que la discriminación ha reducido, sigue ocurriendo. Las personas se van alejando poco a poco de aquellos que viven conmigo. Piénsalo bien, te gustaría que te suceda eso a ti

A mí me da igual si me llaman “hija de Satán”. Sin embargo la razón por la cual estoy hablando, es defender a aquellas personas que conviven conmigo día tras día. El siguiente post estará dedicado especialmente para ellos.


Escrito por

discriminada

Soy la culpable de la discriminación de millones de personas alrededor del mundo.


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Epilepsia

Para aquellos que viven conmigo...